Επισκέπτης Χρήστης
28 Οκτώβριος 2024
Descubrir Casa Faraona fue como encontrar un rincón secreto en Madrid, justo frente a la impresionante Puerta de Alcalá. No muchos hoteles tienen el privilegio de esta vista, pero aquí, cada despertar trae la ciudad de una forma especial, como si estuviera solo para uno. La habitación es un refugio de elegancia y comodidad. Me encontré con un sofá capitoné que parecía abrazarme y una pequeña colección de libros, cuidadosamente seleccionados, que me transportaron en cada página. El balcón privado se convirtió en mi rincón favorito, perfecto para disfrutar de Madrid al amanecer o con una copa de vino al caer la noche. La ducha y la sauna, cada una con su propio espacio, hacen del baño un lugar para perderse y relajarse sin prisa. Lo del servicio de habitaciones… ¡maravilloso! La posibilidad de pedir platos de Ramsés o Patio de Leones sin moverme de la habitación fue un lujo inesperado. Y el desayuno… no recuerdo haber empezado un día tan bien como con chocolate caliente y churros recién hechos. Casa Faraona no es solo un lugar para dormir, es un lugar donde el tiempo se toma de otra manera. No es fácil encontrar ese tipo de experiencia, y por eso creo que, para mí, siempre será “mi” rincón en Madrid.
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