Επισκέπτης Χρήστης
9 Ιούνιος 2024
El hotel está nuevo y está genial. Todo iba bien hasta que el lunes aparecieron 2 autobuses con alumnado de su viaje de fin de curso. Entonces la tranquilidad de los demás clientes desapareció. Mientras que las familias con bebés o las personas jubiladas teníamos que hacer filas para comer, los del campamento tenían medio comedor reservado a diario. Señoras y señores directivos del hotel: ¿Os parece moral que bebés tengan que esperar para pasar y se les pase la hora de comer o cenar?, ¿Os parece moral que la gente mayor con problemas como por ejemplo, diabetes, tenga que esperar para pasar a comer o cenar? Todo ello mientras medio comedor permanecía vacio pero reservado, porque ni el mismo personal sabía a que hora bajaban los campamentos. Que lo digo porque el primer día se lo preguntamos al camarero de la entrada que se dedica a asignar mesas, que por cierto, para el puesto que tiene su amabilidad es nula. A todo esto hay que sumar que cuando volvían de las actividades se metían en grupo a la piscina y les daba igual quien estaría a su lado, y por último, cuando volvían pasadas las 23horas los gritos que daban pudiendo despertar a bebés como a personas mayores. Por último, me gustaría añadir que desde que llegarón los campamentos, la calidad de la comida bajo y se convirtió en comida más trotera para todos los que estabamos allí: se desconecto la maquina de helados, se dejó de poner gominolas, se dejó de poner pan decente, predominaba la comida tipo fritura... En definitiva, nosotros desde luego no volveremos, porque fuimos en junio para estar tranquilos con nuestro bebé y nos salió el tiro por la culata. Ahora es cuando el hotel debería de reflexionar y decidir que tipo de clientela quiere, porque está claro que los campamentos son VIP y los demás (que seguro que hemos pagado más) pasamos a ser de segunda.
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