Επισκέπτης Χρήστης
21 Απρίλιος 2024
El hotel tiene unas instalaciones bonitas y cuidadas, pero una se siente allí muy sola. Es como si hubiese habido un apocalipsis y el hotel hubiese quedado abandonado, no encuentras a nadie por ningún sitio, la paz de los cementerios. Pasillos largos y oscuros con decoración taurina, pero parecia que en cualquier momento iban a aparecer las gemelas del resplandor. Nuestra habitación era amplia y estaba limpia, las camas auxiliares deberían cambiarlas, y el baño en invierno debe ser muy muy frío. El desayuno correcto, 3 tipos de pan, algo de embutido, fruta y naranja loncheada y 2 tipos de pasteleros carbonizado. Cenar es caro en relación a lo que ofrecen. Mención aparte merece el personal, que es muy amable y atento a cualquier petición, lo mejor del hotel sin dudarlo. Pero habría que recordarle a los tacañísimos propietarios del hotel que hay mucha gente desempleada y asi el recepcionista no tendrá que servir la cena y la señora que se encarga de los desayunos no tendrá que limpiar las escaleras (un cielo). El papel higiénico racionado (el rollo puesto, mí hija tuvo una indisposición de noche y menos mal que teníamos pañuelos), no hay sensores de movimiento en los pasillos y hay que ir encendiendo luces aunque lleves las manos ocupadas y de piezas de fruta olvídate. Deberían arreglar el mobiliario, a la cómoda le faltaban losntiradores y solo quedaban los tornillos,la caja fuerte no la pudimos usar porque estaba cerrada al entrar. No volveré.
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