Επισκέπτης Χρήστης
31 Ιανουάριος 2023
He estado dos veces en hotel Panorama en Waldenburg y estoy muy decepcionada del trato que hemos recibido. Estuve visitando a mi madre en Alemania y quise alojarme con ella en este hotel , que se encuentra en un pueblo pequeño. Cuando llegamos era la hora de comer, así que he pedido una mesa en el restaurante del hotel, que me pareció ser muy bonito por sus vistas espectaculares. De la recepción nos han indicado que no hay mesas disponibles, que tenía que haber reservado antes. Entonces nos quedamos sin comer hasta la cena, pues en los alrededores todo resulto estar cerrado por festivo. Por suerte del hotel nos dieron una mesa para cenar. Teniendo en cuenta esto la segunda vez que fuimos reserve una mesa y especifique que queríamos en la terraza. Me dijeron que no había problema. Al llegar al restaurante nos atendió el señor Dirk-Uwe Schörner , me pregunto por mi nombre y me dijo que mi nombre le parece raro. Después nos enseñó una mesa dentro del restaurante y yo le dije que como hemos reservado en la terraza, me gustaría que nos sentemos allí. Con un tono desagradable nos respondió: "Aquí no tenéis permiso de decir "yo quiero", porque entonces yo os responderé que la terraza está cerrada y a ver qué hacéis. Pero yo os haré el favor de preparar la mesa." Lo cual lógicamente nos hizo sentir bastante mal. Pero nos sentamos, intentando mejorar el ánimo. Tanto en el Hotel como en el restaurante se admiten mascotas, por lo menos esto es lo que dicen. Así que yo lleve a mi perro con nosotras, un pequeño chihuahua. Al dejarlo sentar en la silla, vino el mismo señor y me dijo que mi perro no se puede sentar en el cojín, que él me trae otra cosa. Pues volvió con un trozo de papel de cocina, quito el cojín y posiciono la servilleta sobre la reja de hierro de la silla y me dijo que así está mejor. Yo llevaba una rebeca y se la puse de cojín a mi perro, cuando vino el camarero y me dijo que ya se nos había dicho que el perro no puede sentarse en los cojines. Al enseñarle que era mi rebeca, simplemente se fue sin disculparse. No entiendo por qué dicen que admiten perros si luego los tratan de esta manera. Lo que debería de ser una sena tranquila con mi madre después de 6 horas de viaje, resulto ser una de las experiencias más desagradables que he tenido en un restaurante hasta ahora. Uno no espera esto del servicio de un hotel de 4 estrellas y un restaurante relativamente caro. Pues la mayor sorpresa fue cuando quise hacer una reclamación y resulto ser que el señor Dirk-Uwe Schörner realmente era el director del hotel... He pasado la noche en velas por el mal sabor de boca que me ha quedado. Me quería ir corriendo de este sitio.
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