Επισκέπτης Χρήστης
8 Οκτώβριος 2023
Un viernes de septiembre, a las 23,50 h , con 30° de calor, nos sentamos y llamamos al camarero VARIAS veces. Cuando, por fin, nos atiende nos dice que no nos puede poner una cerveza porque “ya son las 12,00 h.”. El domingo 9 de octubre, a medio día, cobran la caña en copa pequeña al “módico” precio de 2,8 €… ¡ni en la mismísima Sevilla, capital de la Cruzcampo!. Actitudes como ésta, hacen que la “Extremadura profunda” no es sólo cosa de los políticos de turno, sino también de empresarios voraces que sólo buscan hacer dinero fácil, sin ofrecer calidad, ni servicio y sin tener los más elementales conocimientos técnicos del sector en el que operan. Empresarios que confunden “calidad” con unas instalaciones más o menos modernas o reformadas, descuidando la atención al cliente, la coordinación entre salón y cocina, así como la FORMACIÓN del personal. En suma, un “quiero y no puedo”, o si lo prefieren, calidad y servicio peor que un hostal de carretera, a precios de hotel 5*… en suma ¡la Extremadura profunda!.
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